... Y la chica regresaba al bosque a oír historias, a veces nevaba, a veces llovía, y en aquellas tardes sus ojos se volvían de un gris tan claro que en ocasiones parecían blancos.

-Piedra y la chica de ojos azules-

Regalo...

Regalo cachorro de escritor en permanente época de celo por las palabras.
Para sentar ante un escritorio, paseos por la playa o presentar a un editor.


Buena dentadura, excelentes manos y fuertes piernas.
Ojos oscuroscasinegros.

Pacífico y dócil, rebelde y tormentoso.
Amplio vocabulario y buen uso del mismo.
Constante afán de superación.

Atención: Tratadle con suma delicadeza, a falta de vacunar contra el desamor.

En el pack se incluye una novela sin publicar, numerosas libretas rebosantes de notas y relatos inéditos, y un cuento sin tildes en suspenso y por acabar.

Interesados... dejen mensaje por escrito, por favor.

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Y en el primer comentario... el "link" a un microrrelato que he escrito para un concurso

En Punto Pluscuamperfecto


La canción de Evanescence (Hello) impregna a este relato del aroma que le falta.
Letra

- Vamos, nene, levanta los brazos. Arriba, arriba, apuntando al cielo... Vamos, hijo, como si fuesen las manecillas de un reloj que acaba de dar las 12 - dijo acompañando el movimiento de brazos del chico con las caricias de sus manos.

El chico alcanzó la cúspide invisible que su madre le marcaba por encima de su cabeza y su hermana pequeña sonrió desde la sillita, dando palmas.

- Eso es - dijo su madre-. Bien hecho, AdR. Pues no sé por qué la profesora dice que tienes problemas para marcar en punto, hijo.


...

"Pues no sé por qué mi hijo tiene problemas para marcar en punto", se dijo su madre 28 años después en una madrugada silenciosa, mientras le daba la última puntada al roto de un pantalón.

"Pues no entiendo por qué tengo problemas para marcar en punto", se dijo él mientras se metía desnudo bajo las sábanas tras haber recibido otra negativa más.

Se quedó dormido y soñó con todas las mujeres que había amado y ya no estaban, y también que todos los personajes que había creado se despeñaban por el borde de sus cuentos. Y en el sueño pretendía salir caminando de su océano, pero sus brazos se enredaban en olas donde las crestas eran letras blancas desordenadas en versos de amor entregados a destiempo.

Despertó,
se levantó...
...e intentó marcar en punto alzando sus brazos hacia las 12, pero dos lágrimas cayeron hacia abajo, se clavaron en el suelo y dieron las 6:30. Entonces desistió en su intento, se sentó ante su escritorio y escribió a pie de página del pliego de su vida:

"Sinceramente roto y vuestro,
AdR"

Luego volvió a la cama y siguió luchando, justo allí donde rompen las olas de las sábanas, desnudo contra su océano.

* Con este relato acaba Dodecaedro. La foto es de aquí (lee por qué la he elegido y algo más en el primer comentario)

Espina de Ti


"Todavía me acuerdo de lo que te hice aquella noche.
Durante el día yo te había mordido la cara, el cuello, los hombros y el pecho, haciéndote el amor como si fuera un lobo hambriento de carne, de sangre y de sexo. De tu sexo.

Y de madrugada caímos rendidos bajo las sábanas, oliendo al sudor que habían derramado nuestros cuerpos, ya secos.

Dormimos...
Soñamos...

Y en un momento de la noche yo debí meter mi cabeza por debajo de las sábanas, porque me vino el olor empapado de tu coño dormido y sediento, impregnado en el aire caliente que adolecía prisionero entre mi cara y tus senos.

Desperté...
Con un hambre atroz de ti, de querer comerme tu cuerpo y penetrarte bien hondo de nuevo.
Así que me puse de rodillas y te arranqué con fuerza el pantalón que llevabas puesto. Y tú despertaste confundida, y lo primero que viste fueron mis ojos sobre los tuyos, inyectados en deseo, y sólo te dio tiempo a entrecortar varios suspiros mientras mi polla se abría paso por ti...

...pellizcando,
rasgando,
humedeciendo las paredes de tu coño.

Y yo te susurraba que te estuvieras quieta, que pensaras que te estaba devorando entera desde abajo, o que te estaba violando, lento.

Te follé en silencio.
Tú rompías la noche con los gritos que exhalabas.
Yo te partía el trozo del alma que iba desde mi pelvis hasta tu espalda...
... y lo sustituía por mí.

Porque yo era espina de ti...
amándote, y mordiendo tus pechos sudados.
Eso era yo...
... sólo espina de ti."

*foto de aquí

Alimentar una Espera


(Sugerencia musical para antes, durante o después de la lectura de este relato: Save Me)

"Conocí a un tipo que vivía en el rincón de una callejuela donde iban a morir los vientos y las miradas pasaban desapercibidas. Un cartón para dormir y un reloj de arena que abrazaba como si fuese el último trozo de comida sobre la Tierra eran sus únicas pertenencias.

De vez en cuando abría el reloj por la parte superior y le echaba un puñado de arena que recogía de las faldas del viento, y mientras la veía caer se decía:
- Así, más, más. Más tiempo. Ella... todo. Más.

Me enfermaba verle allí esperar, porque eso creía que hacía... alargar su agónico tiempo sin final.
Nadie supo aclararme algo sobre él. Solo que un día apareció allí y se quedó en el rincón, como esperando a que alguien le salvara, le recogiera, desnudo como estaba, y le llevase a casa. Y, día tras otro, el viento le despeinaba, la lluvia empapaba su rostro y el sol curtía su piel como si pasaran décadas en lugar de años por ella.

- Nunca agotar la espera, nunca. Más, más... Ella... todo - se repetía con insistencia mientras echaba más arena en el reloj.

Hasta que apenas quedó espacio libre dentro para que corriesen con libertad los granos de arena. Todo su tiempo fue convertido en espera. Larga, lenta y solitaria.

Y Ella nunca apareció... se olvidó de pasar por él, hasta que un día el hombre y su reloj fueron barridos de la acera como les pasa a las hojas de papel cuando llega el viento invernal y ya se nos han olvidado las letras que fueron escritas, de puño y corazón, en ellas."

*foto de aquí

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Este es el cuento nº 10 de Dodecaedro. Hago una aclaración sobre "En Tus Bordes", el cuento nº 11, en el primer comentario

Devuélveme Mi Boca













*Haz click aquí si quieres ver el texto a mayor tamaño.
Esta vez dejo comentarios abiertos...

*foto de aquí

Liberada en el Tiempo


"Ella volvió a mirar la hora y la esfera del despertador le devolvió lo mismo de siempre:

"Las 4:04 con 4 segundos"

Daba igual donde apuntasen las manecillas, siempre marcaban esa hora, y siempre sería así, porque el reloj había decidido seguir moviendo sus agujas, pero atrapado en un momento. Por eso ella sabía que el tiempo seguía transcurriendo. Se acostaba y se levantaba a la misma hora, y su vida continuaba su marcha, pero algo se había enquistado en su sino, y aquel reloj despertador lo había sufrido desde el principio:

"Falsas sonrisas, caricias a destiempo y alguna que otra palabra desmedida y seguida de un pequeño golpe no auguraron un buen comienzo entre ellos."

Aquella madrugada el despertador marcaba las 4:04 con 4 segundos cuando ella le puso la almohada sobre la cara, él dormía plácidamente, casi no se le oía respirar, como casi no se le oyó marchar.
El reloj se horrorizó tanto que se congeló en su tiempo, mutando sus números en cuatros eternos, perfectamente perfilados, nítidos en una siniestralidad aterradora, tan atractiva como perversa.

Después de aquello ella siguió viviendo feliz y él...
... él se fue al infierno."

*foto de aquí

Mírame bien...


Y mientras sus cuerpos desnudos descansaban ella dijo:

- Mírame bien, nene. Sien por sien Venesuela. Hecha en Caracas.
- Eres espléndida, cariño... Pero ahora mírame tú...

"Cien por cien yo.
Hecho en Cádiz, ciudad de plata.
Hogar de fenicios, de romanos y bereberes...
guarida de piratas.

Esquina rota de vientos que soplan entre un mar y un océano de espumas blancas.
Templo de dioses de alabastro barridos por el paso de tres mil años de sal y algas.

Mírame a los ojos,
y llénate de todo lo que guardo,
mientras te vuelvo a hacer el amor
y mis abrazos te enredan entre las sábanas."

Tiempo para Decir te quiero

"tic tac, tic tac...
... tic
... tac"

Y entonces el aire dejó de sonar, las manecillas bajaron los brazos y cayeron blandas por la fuerza gravitatoria de las palabras que faltaban entre ambos, hacia abajo... hacia el número 6, y éste cayó al suelo, roto por el impacto de la punta del minutero.

Ella volvió a mirarle y él continuó en silencio, sentado. Entonces ella se levantó y, antes de salir por la puerta, le dijo sin soltar una lágrima:

- Se acabó. Tuviste tu tiempo. Fin del cuento.

*foto de aquí

Para Siempre (relato)

(Este relato nace de los comentarios que se han escrito al oír esta música)

Lee el primer comentario. Hago unas aclaraciones previas a la lectura de vuestro relato.

"(Ella)

Abrí mis ojos, alargué mi brazo derecho y la nada fría y vacía me sorprendió, estremeciéndome del otro lado de las sábanas blancas. Era la luz la que jugaba con mi piel, parcheándola en caricias luminosas, templándola y devolviéndole la calma. Como si cada vez que el reloj marcase las diez de la mañana la vida se me escapara en cada aliento, y luego volviera entre recuerdos a mí... llenando los huecos que permanecerían vacíos hasta que la muerte se llevara un día el resto o la nada. Ahora veo una línea anaranjada en el horizonte sobre un cielo cubierto de nubes azul oscuro. Nubes de tormenta. Me quedo quieta mirando esa línea que resurge al fondo.

-Ya no te espero - me digo susurrando.

Aunque tú sepas, amado, que para siempre me guardo tu presencia tras mi espalda, tu aliento perdido en mi cuello y tus latidos dispares ahogando mis noches vacías. Para siempre me reservo tus confesiones y miedos, esos que nunca entendí... Y para siempre me trago mis lágrimas muertas bajo los pedazos rotos de tu presencia.

Y en la soledad de la madrugada y en silencio, mientras la noche duerme junto a su rebaño, hago espirales en el cristal de tu ventana, escribiéndote este poema con la yema de mi dedo, donde reposé mi vaho tras el último suspiro que dejé caer entre tus piernas:

"Te escucho
en este breve aleteo
de notas musicales.
¡Me amas!
Lo puedo
sentir en el viento,
circulas diáfano
enredando mi cuerpo
en este amanecer
de sonoro ofrecimiento."

Y tengo un sueño, y en él un nuevo amanecer se aproxima y esperanzas brotan de los árboles, tiñéndolos de colores vivos, cálidos... Sólo estoy yo, etérea, volando entre las flores, soñando con pájaros de papel que trinan susurros, y lloran polen. Y en aquella fantasía me pierdo, río, alucino, desato mi locura... y me detengo, escucho atenta, observo, sueño, vivo y siento. La razón me decía que jamás volvería a verte, pero el corazón latía como diciendo: "espera, ten confianza... llegará". Y llegaste como el beso de los amantes: fuerte e impulsivo... ardiente, para volverte manso y suave, tierno y delicado entre mis brazos.

Pero para siempre es mucho tiempo... Para siempre es demasiado.
Ya
no hay siempre, porque para siempre silencio tu recuerdo tras la cerradura de un adiós eterno.


(Él)

El tren inició su pesado ritmo, y en la estación quedó mi familia y mi pasado. Iba a empezar una nueva vida... Y fue en ese momento, mirándoles en el andén, cuando sentí que el nexo de la cotidianidad se rompía de manera imperceptible pero dolorosa.

Desde el balcón donde ahora vivo veo la playa solitaria. Cayó la tarde, y el aire es frío y mudo como tu ausencia. Y me estremezco pensando que tal vez estás tan lejos de mí, como ese horizonte incierto. Quiero pensar que todo esto es un mal sueño, y que tú vendrás a mí deslizándote como la última ola de tiempo, un espacio, ahora oscuro, que de la nada comprimida espera un abril que no llega. Y suena un piano como la trompeta que anuncia la venida del corazón, y una gota llora sobre el alféizar, un rayo de música rasga la noche, la luna, la nada... y llueve muerte, soledad, desolación, destino. Me llueven tus manos en mitad de esta noche. Es, a la vez, el preludio y el final, y suena tan emotivo y desasosegante como el principio y el fin. Contumaz de amores perros que esconden su gula entre un jergón cualquiera.

Y creo que estoy dentro de una película con final feliz, aunque se haya desarrollado el guión con cierta tristeza, lleno de ternura. Y, después de tanto divagar, de tanto hablar sobre lo trascendente y lo efímero, después de hacerte el amor... me pregunto si ya no siento el alma, salvo cuando oigo música; aunque hoy no puedo oirla porque para mí es tristeza... porque los oídos son innecesarios cuando el alma siente los susurros de una melodía que danzará para siempre dentro de nuestras cabezas. Siempre que queramos, una y otra vez, en nuestros labios, en nuestros ojos y en las yemas de nuestros dedos, esos con los que escribías en mi ventana.

El último día volví a casa a esa hora eléctrica en la que aún están poniendo las calles, antes del amanecer de tu sueño. Mi compañero de piso me recibió con un bostezo. No hizo falta que dijera nada, su expresión le delató. Tú le habías dicho que . Sabías que era mi palabra maldita, una promesa que acababa desvaneciéndose en la fugacidad de los segundos implacables, por lo que nunca fuiste capaz de pronunciarla en mi presencia por miedo a perderme... pero te juro que lloré; se deslizó por mi piel hasta agrietar mi coraza. Y tu silencio elocuente arrulló mis sentidos y supe, al igual que tú supiste, que las maldiciones se pueden romper.

Pero quiero que sepas... que aún vives sumergida en mi recuerdo cuando abro la caja y encuentro tus letras."

*foto de aquí