... Y la chica regresaba al bosque a oír historias, a veces nevaba, a veces llovía, y en aquellas tardes sus ojos se volvían de un gris tan claro que en ocasiones parecían blancos.

-Piedra y la chica de ojos azules-

La Medida Justa de Todas las Cosas


Lleva una falda de estampados florales en blancos y grises que cae hasta sus rodillas y un suéter negro. Acaba de entrar en el Manila 1969. Se ha acercado a la barra para pedir un café y mientras el camarero lo prepara barre con la mirada el local, está eligiendo mesa. Hoy será la del rincón, justo a la cristalera. Así podrá ver a la gente pasar, como hace con los segundos el reloj guardado en el cajón de su mesita de noche, ese que ya no se pone.

Le sirven el café sobre la barra y ella suelta unas monedas, rompe el sobre de azúcar por una punta y vierte el contenido en el vaso, pero no al completo, siempre deja algo dentro porque ella es del tipo de personas que piensan que hay que encontrarle la medida justa a todas las cosas, y un sobre de azúcar siempre trae demasiada dentro.

Coge el vaso y se sienta a la mesa, y mientras mueve la cucharilla para diluir el azúcar mira a la calle. En lugar de verle las caras a los transeúntes ella distingue en su lugar la esfera del reloj que guarda en su mesita. Al cabo de medio minuto suelta la cucharilla sobre la mesa.

"Ya está. Éste es el café perfecto" se dice mientras los relojes siguen caminando afuera y sus esferas se reflejan en la cristalera del Manila. Luego toma un sorbo mientras recuerda: "¿Te gusta el reloj, cariño?", "Mucho" le contestó ella mientras se lo probaba. "Te viene como anillo al dedo" le dijo él.

De aquello ya habían pasado cinco años.

-.-
Más en el primer comentario

*foto de aquí.

Scriptoria en El Megáfono

(Actualizado 20 de abril de 2011 con el audio del programa)

Esta semana no hay relato. Pero sí podréis escuchar hablar de Scriptoria, y supongo que también un poco de mí, en el programa de radio El Megáfono. Las personas que hacen el programa han tenido el valor (o la temeridad) de hablar sobre Scriptoria en su sección bitácoras.

Fue el viernes 15 de abril, de 18 a 19 horas. Si por algún compromiso no habéis podido oírlo aquí os lo dejo. Hablan de Scriptoria desde el minuto 24:29 al 35:45


Ir a descargar


Para agradecerles el detalle les he cedido un ejemplar (que todavía atesoraba, sí) del  libro que autoedité (Poemario de nostalgias y anhelos) que sortearán entre los oyentes que respondan correctamente a una pregunta que realizarán durante la emisión del programa.


Aquí os dejo el enlace al evento de Facebook creado para la ocasión: Sorteo en El Megáfono
Y aquí el enlace a la página de Facebook del programa, donde habrá que responder a la pregunta mediante un mensaje dejado en su muro: El Megáfono

Todavía estáis a tiempo de entrar en el sorteo, anunciarán al ganador o ganadora en su próximo programa.

Me quemas

Zombi (inusual poema de amor)

Horado la tierra seca con mis manos
hasta alcanzar el aire
que ya no respiro

Estoy fuera
estoy muerto
pero soy libre

Camino arrastrando mis huesos
hasta encontrar la casa que fue nuestra

Entro

Avanzo en silencio por el pasillo
dejando tras de mí
los recuerdos que fueron tuyos
míos

La puerta está abierta
duermes
en la mesita hay un pañuelo
mojado de lágrimas
sé que no te alegrarás mucho de verme
yo sí

Me acerco y tomo tu mano
meto dos dedos en mi boca
y muerdo
despiertas
saboreo la sal de tu piel
el esmalte de tus uñas
tu sangre

Tus ojos se mueven de la sorpresa
al terror que te ahoga
y que te impide gritar
rompiendo la madrugada

Babeo y muerdo
haciendo crujir
las falanges de tus dedos

Estás paralizada
mastico la carne
las hebras
hasta que sólo quedan
los huesos rotos
y limpios

Estás aterrada
en silencio te postro
y esparzo tu cabellera
sobre la almohada
y mi boca va a tu boca
la muerdo
reviento tus labios
y lamo la sangre derramada
en tu cara quieta
y en tu cuello blanco

Espasmos

Bajo a tu vientre
destrozando a mi paso
tendones
músculos
brazos

A dentelladas sangrientas
doy fe de tus pechos
de tu ombligo
de tu sexo
lo abro
lo muerdo
bebiendo de él
salvaje
los flujos dulces
que atesoras
al candor de tus encantos

Y cuando acabo
saciado
con un roce
cierro tus ojos
y te abandono

Y vuelvo sobre mis pasos
a mi lecho de arena y de piedras
y me entierro
y ahíto de tu carne
cierro mis ojos
bajo una lápida que reza:
R.I.P.
y mi nombre

-.-

Lo sé, lo sé, todo esto es muy raro pero os aseguro que todavía estoy bien de la azotea.
Y para los que quieran un argumento elaborado y con un escenario histórico real podéis haceros con un ejemplar del brillante cómic de un amigo: Zombis A.C.

*la foto es de mi película de zombis favorita: La noche de los muertos vivientes